Nuevos jaques a la candidatura europea
La propuesta de España y Portugal recibe cuestionamientos políticos por la inclusión de Marruecos, y el deseo de Ucrania de mantenerse en la postulación genera malestar
En la última semana, la candidatura de España-Portugal-Marruecos para recibir el Mundial 2030 recibió embates desde distintos frentes, y todos ellos de manera inesperada mientras se encuentran trabajando y avanzando sobre su presentación de acuerdo a los requerimientos de FIFA.
Por un lado, treinta miembros del Parlamento Europeo firmaron una carta solicitando que de ser concedida la sede del Campeonato Mundial a esta propuesta, no se puedan disputar partidos en estadios dentro de la región del Sahara Occidental. Esto responde a una disputa territorial en la cual está involucrado Marruecos e históricamente también España. Por el otro, Ucrania reapareció como integrante de la candidatura generando molestia en el lado marroquí. Pero no todas son malas, aunque vamos primero con estas dos.
El Sahara Occidental
El extremo oeste del Desierto del Sahara en el norte de África es uno de los territorios no autónomos según la declaración de las Naciones Unidas, bajo supervisión del Comité de Descolonización. Esa consideración pesa sobre la región desde 1960 cuando todavía estaba bajo control del Reino de España, denominada la provincia del Sahara español.
En 1975, con la transición de salida del gobierno de Franco, el gobierno hispánico acordó un referéndum para que el pueblo habitante de la región decidiera su destino. Antes de que este se concretara, el gobierno de Marruecos con apoyo de los Estados Unidos (en el contexto de la Guerra Fría) realizó la denominada “marcha verde” sobre la zona ocupándola de hecho y dividiéndola con Mauritania, impidiendo que se concretara la declaración de independencia y la conformación de un nuevo estado. Esto fue sellado en un acuerdo tripartito entre Marruecos, Mauritania y España, para la retirada del estado europeo y la partición del territorio; este acuerdo no obtuvo el reconocimiento internacional mayoritario ni de la ONU.
La República Árabe Saharaui Democrática se declaró independiente de todos modos con apoyo de Argelia (e indirectamente en aquella época, del bloque soviético), pero en la actualidad su reconocimiento sigue siendo igualmente limitado y el territorio es mayoritariamente controlado por Marruecos (luego de que Mauritania se retirara de la zona en 1979). El Frente Polisario, que comanda la República Saharaui, domina una región denominada Zona Libre en la sección oriental. No obstante, el conflicto permanece y las hostilidades se reanudaron en 2020, luego de casi treinta años de alto al fuego a la Guerra del Sahara (entre 1976 y 1991).
Este brevísimo resumen de un conflicto de varias décadas sirve para demostrar el problema en el que se encontrará la candidatura en el caso de postular algún estadio en la región. Ante ello se declararon un grupo de eurodiputados con una carta dirigida al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, señalando: “la celebración de eventos internacionales, como partidos de fútbol, en territorios ocupados podría ser contraria al derecho internacional, ya que incumpliría las obligaciones de la potencia ocupante de no explotar los recursos y la población del territorio ocupado en beneficio propio, tal y como recogen la IV Convención de Ginebra de 1949 y otras normas del derecho internacional humanitario. (...) El Mundial no puede contribuir a legitimar una ocupación ilegal. (...) De lo contrario, la FIFA se convertiría en cómplice de esta situación". A su vez esto se muestra relevante por la importancia que tendrá el apartado de respeto a los derechos humanos que, según el documento publicado por FIFA en las últimas semanas, tendrá en la consideración a la hora de seleccionar la sede del Mundial 2030.
En efecto, el estado de Marruecos proyecta la construcción de un estadio en la ciudad de Dajla, ubicada en el Sahara Occidental, con intenciones de que sea utilizado en el Campeonato del Mundo.
Ucrania no se baja
Otro frente de preocupación para esta postulación es la información surgida también en la última semana de que Ucrania no tiene intenciones de retirarse de la candidatura, planteando que se realice en los cuatro países. Recapitulando, la inclusión de Ucrania surgió luego de que inicie la guerra con Rusia a modo de apoyo internacional de la Unión Europea a aquel país, pero su consideración cayó por la continuidad del conflicto bélico así como una denuncia de corrupción que pesa sobre el principal dirigente de su federación de fútbol.
La incorporación de Ucrania, entonces, había sido descartada de hecho y luego de eso España y Portugal sellaron la alianza con Marruecos para su candidatura euro-africana en marzo pasado. Según reporta el medio francés L’Equipe, España puja por mantener a Ucrania en la propuesta mientras que desde Marruecos se cuestiona su inclusión y niega que pueda suceder.
A la vez que es un foco de problemas internos para la presentación de la postulación, de concretarse una candidatura de los cuatro países puede generar una división de los votos que se intenta sean en bloque de Europa y África en favor de esta propuesta, lo cual garantizaría su éxito en la elección.
Dos de cal, dos de arena
Matizando la información, la candidatura avanzó en su trabajo junto al Comité Olímpico Español (con experiencia en preparación de proyectos de esta índole) para desarrollar una presentación acorde a los reglamentos de FIFA, especialmente en el aspecto de su sostenibilidad medioambiental y humana que también será de alta consideración para la selección.
Por otra parte, Gianni Infantino envío un mensaje a la Real Federación Española de Fútbol que ilusiona a sus dirigentes. En este, el presidente de FIFA les comunicó su felicitación “por el desarrollo del fútbol en España. Es excepcional a nivel masculino y femenino. Me encanta el fútbol español, está lleno de emoción y pasión. Por esa razón cada vez que voy a España lo hago con mucho placer y cariño. Me gustaría destacar también el trabajo que se hace con el fútbol aficionado. (...) Saben que tienen no solo un aliado sino también un amigo como presidente de la FIFA. Sé que juntos seguiremos haciendo cosas más grandes por el fútbol mundial. Ojalá que nos veamos pronto”.
Puede ser interpretado como un guiño, pero Infantino ha enviado mensajes similares a los dirigentes de la CONMEBOL. Es un político y diplomático internacional muy hábil, y sus palabras deben ser medidas como tales.
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