Un Mundial para la FIFA, un Mundialito para las confederaciones
Infantino concreta su Mundial de Clubes ampliado para el 2025, pero se crea una nueva copa para mantener la competencia entre los seis campeones continentales anuales
La FIFA agarró el niño Mundial de Clubes que tenía entre manos y lo cortó en dos sin que nadie grite, dividiéndose las partes entre las seis confederaciones y la federación internacional. Más o menos eso es lo que sucedió en la reunión del Consejo de la FIFA del 14 de marzo en Kigali, Rwanda, en la cual se tomaron decisiones relevantes al respecto.
En un encuentro que anticipaba novedades en cuanto al formato del Mundial 2026, a mi parecer resultó más novedoso lo informado para el futuro del Mundial de Clubes. El sistema de disputa para la Copa de Selecciones era un secreto a voces mientras que la competencia de clubes tenía (y todavía tiene) mucho más por definir e informar.
Como ya habíamos comentado, desde 2016 la FIFA viene impulsando la idea de un nuevo Mundial de Clubes con más equipos, cada cuatro años, y que en el calendario del fútbol global reemplace a la extinta Copa Confederaciones. Estaba todo dado para comenzar en 2021, pero la pandemia y el ajuste de calendarios que ésta hizo necesario le dio una sobrevida inesperada al existente Mundialito. En el encuentro de febrero del Consejo de FIFA se confirmó que 2025 marcará el inicio del nuevo y ampliado Mundial de Clubes sosteniendo por un año más el pequeño que conocemos desde 2005. Y esta última reunión de marzo trajo más noticias que pasamos a comentar.
El Nuevo Mundial de Clubes
Desde que FIFA descubrió el potencial de negocios que tenía el fútbol, unas cinco décadas atrás, no ceja en su esfuerzo por hacerlo cada vez más grande y más rentable. Estos ingresos se originan principalmente de la venta de los derechos de televisación y de los patrocinadores. En una cuenta simple, más competencias son más ingresos; más partidos son más ingresos. Si bien se argumenta en la competitividad (y podemos aceptarlo como un motivo válido) el crecimiento en cantidad de torneos y de participantes está motivado esencialmente por esta lógica comercial.
Esos movimientos condujeron al proyecto de reforma del Mundial de Clubes que tras varias idas y venidas se concretará finalmente en 2025. El pequeño torneo de 7 participantes disputando 7 encuentros se ampliará a 32 equipos que jugarán 64 partidos en total, en el mismo formato del Mundial de Selecciones hasta el pasado 2022: 8 grupos de 4 de donde clasifican 16 que juegan las fases eliminatorias desde octavos de final. De igual manera, la periodicidad será de cuatro años y se jugará siempre un año antes de la Copa Mundial de la FIFA, como ya dijimos, en el lugar que tenía la Confederaciones.
La defensa de este nuevo torneo que aduce que brindará mayor y mejor competencia, se basa en que todos los clasificados jugarán un mínimo de tres partidos a diferencia del actual Mundialito que podías quedar fuera luego de perder uno. Mientras que el mejor y mayor negocio está asegurado, el análisis de si brinda mejoras en la competencia lo veremos en el futuro. En lo personal, lo dudo mucho y si los clubes europeos le dan cierta relevancia al campeonato lo dominarán campantes (todavía más que en el formato actual).
Quiénes y cómo clasifican
Esa última frase me lleva a la cuestión de quiénes jugarán este nuevo Mundial de Clubes, cómo se repartirán los 32 lugares disponibles y de qué manera clasificará cada uno de ellos. En seis años de proyecto hubo extendidas rondas de especulaciones que se demostraron más o menos acertadas, principalmente en que la UEFA tendría varios lugares más que las otras cinco confederaciones.
La idea original que se habría ejecutado en 2021 tenía 24 participantes y el Consejo de FIFA había decidido en 2019 que estos hubieran sido los últimos cuatro campeones y subcampeones de la UEFA Champions League, los cuatro campeones de la UEFA Europa League y los cuatro campeones de la Copa Libertadores, mientras que un play-off intraconfederación entre los campeones de CONCACAF, CAF y AFC respectivamente habría decidido los dos representantes de cada una y algo similar para conseguir al participante de OFC, más un equipo del país anfitrión (que en 2021 habría sido China).
Posterior a la suspensión de esta propuesta inicial, en diciembre pasado Infantino elevó la apuesta para llevar el nuevo Mundial de Clubes a 32 clasificados. En el camino de concreción del proyecto, el mismo Consejo en su reunión de febrero pasado delineó el reparto de cupos que mantuvo los 12 de la UEFA y aumentó la cantidad de cada confederación, menos de Oceanía dejándola en un único participante. En esta modificación podemos apreciar, además de lo señalado arriba de mayores ingresos, movimientos políticos desde FIFA hacia los otros continentes que sostienen en el poder a la directiva actual ante embates y cuestionamientos europeos. Dicho eso, la distribución quedó de la siguiente forma: 12 para Europa, 6 para Sudamérica, 4 para América del Norte, Caribe y Centroamérica, 4 para África, 4 para Asia, 1 para Oceanía y 1 para el país anfitrión.
Con el tiempo y los análisis del equipo del Consejo de FIFA también se modificó la manera en que cada confederación provee sus clasificados, priorizando las principales competencias continentales de cada una y luego de esto la conformación de un ranking (a definir entre FIFA y las confederaciones) para aportar los clasificados que falten. Otra decisión que comprende a todos los clasificados es que serán por criterio deportivo desde esas mismas Copas del período de cuatro temporadas anteriores al año del Mundial de Clubes, que en el primer caso será del ciclo 2021-2024.
En este sentido, la UEFA aportará a los cuatro campeones de la UEFA Champions League y los ocho equipos restantes se tomarán de un ranking. La CONMEBOL hará lo propio con los cuatro campeones de la Copa Libertadores, y dos más entrarán por la tabla general que se creará. CONCACAF, AFC y CAF clasificarán únicamente a sus cuatro ganadores continentales. Y OFC proveerá a uno de sus campeones, el mejor de los cuatro años contabilizando todas las copas del período (el histórico Auckland City ya está posicionado con su título de 2022; en 2021 no se jugó por la pandemia de COVID-19 en la región).
En caso de repetirse un campeón en el ciclo de 2021 a 2024 en cualquiera de los continentes también se acudirá al ranking para ocupar ese lugar, pero en este caso se aplicará un tope de dos clubes por país abriendo el camino de clasificación a representantes de ligas que no sean las principales de la confederación respectiva. La única manera de que un país tenga más de dos clubes jugando el Mundial es ganando su copa continental; el cupo de máximo se aplicará solamente para tomar clasificados por tabla cuatrienal. Por ejemplo, si en 2023 la Libertadores la volviera a ganar Flamengo o Palmeiras el equipo que entre de Sudamérica por ranking en su lugar no podrá ser uno brasilero. Es más, los dos clasificados por tabla que proveerá CONMEBOL ya no pueden ser del gigante sudamericano; para que haya un equipo brasilero más en el Mundial deberá ser ganando la Copa. Un ejemplo similar: si ganan un español y un inglés cualquiera de las próximas dos Champions europeas, los que entren por ranking desde este continente no podrán ser de la Premier ni de la Liga.
En efecto, dado que el período es 2021-2024 ya hay 9 clasificados al nuevo Mundial de Clubes que lo consiguieron sin saberlo concretamente. De CONMEBOL los citados Palmeiras y Flamengo; de UEFA el Chelsea y el Real Madrid; de CONCACAF el Monterrey y Seattle Sounders; de AFC, Al-Hilal; y de CAF, Al-Ahly y Wydad Casablanca. Desde este año, cada campeón continental de clubes sabrá que está comprándose un pasaje al Mundial 2025, así como los que lleguen a instancias finales se posicionarán para una clasificación por tabla. Y si para esta se tomaran en cuenta los resultados de los partidos del grupo, un semifinalista que pasó de ronda por poco puede quedar en peor posición que un cuartofinalista que lo dominó y quedó eliminado por penales sin perder, por ejemplo. Será interesante de seguir, y desde acá estaré atento.
La persistencia del Mundialito y la Copa Intercontinental
Pero eso no es todo. En la misma minuta de la reunión del Consejo de FIFA del 14 de marzo pasado se indicó que atentos al pedido de las diferentes confederaciones por mantener un torneo anual que les brinda un roce competitivo útil para su crecimiento, se creará otra Copa de la que no se indicó su nombre pero seguramente no será Mundial de Clubes, para diferenciarla de la que ahora será la principal copa de este fútbol.
Esta nueva copa la disputarán los campeones continentales de cada año pero en un formato diferente, que se parecerá más a una sumatoria de copas intercontinentales que el actual pequeño Mundial de Clubes. A saber: el campeón de la UEFA Champions League clasificará directo a una final en sede neutral a definir para enfrentar al ganador de una serie de play-offs intercontinentales entre los ganadores de las otras cinco confederaciones. Cómo exactamente se disputarán estos encuentros clasificatorios será algo a definir entre 2023 y 2024, que será el primer año para esta flamante competencia (mientras a fines del actual tendremos el último Mundialito como lo conocemos desde 2005, a jugarse en Arabia Saudita).
Podemos especular que los americanos se eliminarán entre sí, pudiendo entonces reeditar la Copa Interamericana pero ahora bajo la órbita de la FIFA; y algo similar puede suceder trayendo de vuelta la Copa Afro-Asiática. Restará ver cómo se ubica a Oceanía en ese esquema, aunque tomando el formato del Mundialito es probable que juegue un partido clasificatorio previo contra Asia o África. No obstante, las últimas ediciones se definía por sorteo quién enfrentaba al ganador del campeón local y el campeón oceánico entre CAF, AFC y CONCACAF; y los otros dos ganadores continentales se eliminaban entre sí para enfrentar luego al sudamericano o al europeo. A definir en futuras reuniones del Consejo de la FIFA; otro punto para seguir atentos.
La decisión de privilegiar únicamente a UEFA dándole un lugar asegurado en la final golpeó el ego de los sudamericanos. En mi caso personal no lo sentí así sino que me parece un acto merecimiento en base a resultados históricos del Mundial de Clubes. El campeón europeo no faltó nunca en sus finales, mientras que el de Libertadores perdió en 6 ocasiones (de 18) ante rivales de CONCACAF, AFC y CAF. Dicho mal y pronto, nos cabe por perder en semifinales ante equipos que hicieron su mérito desde una o dos rondas previas, y ahora deberemos recuperar nuestro prestigio en la cancha.
En una lectura política y no deportiva de lo mismo, parece ser una concesión de FIFA a todas las confederaciones (menos la nuestra, que seguramente habrá negociado lo suyo Alejandro Domínguez con Gianni Infantino). Por el lado de la UEFA le concede un partido menos y menos días de viaje para jugar esta copa anual; y para las otras cuatro, les mantiene y hasta mejora la posibilidad de estar en esa final Mundial ante el campeón europeo.
En conclusión, sin convencerme la idea del Mundial de Clubes ampliado porque considero que (salvo excepciones, como ocurre también en el fútbol de selecciones nacionales) será dominado por los grandes europeos, pero también creo que nos brindará partidos que pueden ser interesantes y con ascendencia histórica por antecedentes de Copas Intercontinentales (me imagino un Benfica-Peñarol como en la del 1961 y ya me relamo de tanta nota y video sobre historia del fútbol, por decir un ejemplo al azar).
Y a la creación de una segunda copa anual que sostiene el espíritu del Mundialito y la Copa Intercontinental la anoto como un pequeño triunfo personal, ya que en mi réquiem a esas competencias pedía que continuara esta costumbre aunque se creara el Mundial cada cuatro años.
La FIFA te quita, la FIFA te da. Y para no ser solo un viejo que añora el fútbol que se le fue, más vale amigarse con lo positivo de los cambios que nos deparan el fútbol que se viene. De mi parte, espero seguir por acá para verlo, disfrutarlo y comentarlo.
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