Efecto Mariposa: ¿Mundial Sub-20 Argentina 2023?
La clasificación de Israel al Mundial juvenil generó un conflicto en Indonesia que perdería la sede y esta podría recaer en nuestro país
En la tarde del domingo 26 de marzo comenzó a circular la versión de que Argentina sería la nueva sede del Mundial Sub-20 2023 otorgándole un inesperado cupo como organizador a este torneo tras perder el lugar en el Sudamericano pasado. ¿Cómo es esto posible? Hay que tomar distancia y tocar varias aristas.
La suerte de Indonesia
Indonesia recibió en 2019 el honor de parte de FIFA para recibir la principal competencia juvenil del fútbol global en 2021. Pero ese torneo fue suspendido por la pandemia de COVID-19 y la federación internacional le renovó la confianza en 2020 para organizar el campeonato en 2023.
En este punto es relevante mencionar que la confederación europea había cancelado su torneo juvenil clasificatorio antes de la decisión de FIFA de hacer lo propio con el Mundial, y preparada para la posibilidad de que se jugara había postulado a sus cinco representantes en base a un ranking. Estos habrían sido Inglaterra, Francia, Italia, Países Bajos y Portugal.
En camino al Mundial Sub-20 2023, la UEFA dispuso que la clasificación se realizara normalmente a través de su campeonato continental juvenil y en este se produjo un resultado inesperado que sería el inicio del conflicto. El seleccionado nacional del Estado de Israel fue subcampeona del torneo europeo y consiguió uno de los cinco lugares reservados a la UEFA para la Copa Mundial por primera vez en su historia.
Por destino o por azar o por lo que sea, la clasificación debut se dio para el Mundial que debía realizarse en Indonesia que resulta ser el país con mayor población musulmana del planeta (casi un 90% de los más de 270 millones de habitantes) y que consecuentemente rechaza las políticas de Israel y hasta la propia existencia de su estado, sin mantener relaciones diplomáticas.
Desde el mismo momento en que la selección israelí clasificó se comenzó a debatir sobre si debía boicotearse su participación. El correr de los meses no ofreció soluciones a este problema a pesar de los intentos de la Federación de Indonesia y de sus afirmaciones que aseguraban el juego a todos los países clasificados.
Suspendido por falta de garantías
El 31 de marzo debía realizarse el sorteo de los grupos para el Mundial a jugarse entre mayo y junio de este 2023. La cercanía de este evento catalizó el problema y se organizaron protestas en las calles. Hasta mediados de este marzo las autoridades indonesias sostenían que recibirían al seleccionado juvenil israelí sin que esto modificara su postura respecto al Estado y su política respecto a Palestina. Pero probablemente las protestas alteraron la situación y motivaron al gobernador de Bali quien en los últimos días llamó a prohibir la participación de Israel en el torneo. La postura de esta autoridad política es muy importante dado que una de las propuestas de solución al problema es que el seleccionado israelí jugara todos sus partidos allí, por ser una zona de mayoría hinduista y no musulmana; además, esa isla sería la sede para el sorteo del campeonato.
Luego de esto, FIFA decidió suspender el evento ya que considera indispensable el apoyo gubernamental para las sedes de las competencias. La Federación de Indonesia publicó el domingo 26 un comunicado informando de esta situación y de las negociaciones con los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Deportes para garantizar la participación de Israel y la consiguiente organización del Mundial Sub-20.
El interés no radica únicamente en sostener la sede para esta Copa sino que una intromisión gubernamental en el fútbol suele ser sancionado por la FIFA con una suspensión de la federación, impidiéndole competir en torneos continentales y mundiales. Además, esto afectaría gravemente el interés de recibir el Mundial de 2034 en el Sudeste Asiático, más aún considerando el antecedente de su fallida candidatura al 2022 por falta de apoyo gubernamental… y si se le añade la tragedia reciente en que provocó un centenar de muertos y varios más centenares de heridos, el fútbol de Indonesia quedaría muy lesionado en sus aspiraciones de crecimiento internacional.
¡OportunChiqui!
Ante la situación de incertidumbre y momentánea indecisión, al Chiqui Tapia se le encendió la lamparita sobre su particular peinado y por fuera de canales oficiales ya avisó que Argentina podría recibir el Mundial si la FIFA decidiera quitarle la sede a Indonesia. Esta sería una jugada política maestra para la AFA con beneficios a dos bandas.
Por un lado, le brindaría la participación en el Mundial Sub-20 que perdió en el Sudamericano pasado con la fallida conducción de Javier Mascherano. La imposibilidad de clasificar no solo le generó una falta a la Selección en su desarrollo competitivo sino que también le privó la participación en esta competencia a jóvenes promesas argentinas como Alejandro Garnacho, Nico Paz, Facundo Buonanotte, Máximo Perrone y tantos más. Convertirse en una improvisada sede crearía de la nada la oportunidad para este grupo de jugadores.
Y por otro lado, con esta movida le brindaría a la postulación de Juntos 2030 un antecedente cercano y relevante de Campeonato Mundial FIFA para usar de prueba y de muestra de cara a las evaluaciones que deberá recibir la candidatura el próximo año. El Mundial de Indonesia se jugaría en seis estadios de los cuales tres rondan las 20 mil personas de capacidad, más uno de 30, uno de 45 y uno de 80 mil lugares. Sin necesidad de reformas Argentina ya puede ofrecer eso con, por ejemplo, Santiago del Estero, San Juan, Mendoza, Córdoba, La Plata y el Monumental en Buenos Aires. La exigencia del Mundial Sub-20 es la mitad exacta de lo que será el Mundial de mayores a partir de 2026; son 24 equipos y 52 partidos, contra 48 y 104. Y Argentina es, en proporción, más o menos la mitad de la propuesta de Juntos 2030. Con lo cual será una justa medida y si todo sale bien le daría un impulso ante la dura competencia.
¿Será? Pronto lo sabremos.
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